Aggg = fatal
Acabo de llegar y si tuviera que narrar mis vacaciones, no sabría.
Durante unos años, en mis viajes, llevaba una libreta y escribía para no olvidar. Tiempo después, pensé que no me apetecía escribir para no olvidar. Si olvido, no es importante lo que he sentido o visto.
No olvidaré durante mucho tiempo las dos noches que he pasado en un refugio de montaña a 2.600 metros, ni la luna eclipsada vista desde esa altura en una noche totalmente despejada y sin viento. Ni los hermosos atardeceres en la playa que fuí retratando, hasta ocultarse el sol completamente.
Me costará olvidar - despues del terrible accidente de avión - los olores entremezclados del limonero, el galán de noche y el jazmín con un pareo puesto tirada en la butaca del jardín y oyendo... Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida misma es todo un canto, si se calla el cantor, muere de espanto la esperanza, la luz y la alegría.
Para todo eso y mucho más ha servido el mes largo de vacaciones. Ser mi propio cantor y recobrar la esperanza, la luz y la alegría en pequeñas dosis para no atragantarme.
Feliz vuelta a todos, todos.
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