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Luna de agosto

Cerré....

... la puerta y me metí en el coche; entonces me di cuenta que tras aquella puerta quedaban para siempre retazos importantes de mi vida.

Aquel día de mediados de noviembre del año 89, abrí la puerta con muchísima alegria, contenta y cansada de deambular de un sitio para otro buscando un lugar claro y diafáno y ahora...

No, no podía irme a la ligera aunque lo deseara. Amistad, necesitaba un recorrido en soledad, una preciosa despedida.

De nuevo abrí la puerta y me colé despacito, igual que el primer día. Ni voces, ni ruidos, todo en silencio.

Cierro los ojos y voy tocando las paredes ¡¡ lo reconozco todo !! me vienen los recuerdos y no quiero evitarlos.

Cuatro Javieres juntos, hoy todos jubilados, Guillermo el argentino que aprovechó el contrato de trabajo para hacerse artesano de tejidos pintados a mano y al cabo de los años, me dibujó un vestido.  Pensaba que no le había perdonado la faena que me hizo... no era cierto, mi enfado no duró más allá de dos minutos.

 El grupo de chavales de instituto que fueron de visita y armaron un buen lío entre los montadores. En esas paredes que ahora recorro, hay mucha historia, mucha vida y muchos malos tragos...Me cuesta y duele recordar a mi querido compañero de trabajo, le añoré durante mucho tiempo, incluso hoy, cuando me surge alguna duda que cuesta resolver, siempre pregunto, Jaime ¿Qué harías tú en este caso?

El traslado es algo muy pensado, no debe acompañarme la tristeza. La vida -mi vida- necesita un viento renovado, un escenario diferente.

Me siento bien. Le marco a Amistad unos paso de baile, le canto una ranchera, un poco de teatro y así riendo muy contenta, cierro la puerta para siempre despues de tantos, tantos años...




9 comentarios

Portorosa -

Tienes pendiente sólo lo que tú quieras, Luna.

Un beso (en unas semanas paso unos días en Madrid, aviso...)

Luna -

Porto...
Tengo cosas pendientes....las estoy retomando despues de tantos cambios.

Otro beso grande

Portorosa -

Suerte con el cambio, y mucho ánimo.

Un beso grande.

princesa -

Sí, seguramente eso es lo que yo pensaba...hace lo que ya me parece un siglo y sólo ha pasado 10 años.

Será que era demasiado joven, y para algo sirve el dolor tan joven. Y sí, ha dejado huella..., quizás somos todo lo vivido..., pero no..., la huella no es el traslado sino una vida que pudo haberse truncado para siempre. Y no..., estoy aquí, vivita y coleando y dando mucha lata. Con una niña preciosa nacida hace cuatro años y medio... y unas ganas de vivir... increíbles. Y muchas sonrisas que ofrecer y muchos guiños que dar.

Un abrazo. Siento esa ausencia que cuentas en el post... Lo que parece un mundo, luego es menos, no lo dudes.

Luna -

Lo lamento princesa, esos traslados son muy dolorosos y siempre deja una huella que no la cura el tiempo...

Un beso

princesa -

Ay... traslados...

De casa, me he trasladado cinco veces..., de trabajo... nunca..., sólo un amago.

En uno de mis traslados, dejé todo, marido, recuerdos, juergas, detalles de cinco años de vida que parecieron siglos... mucha nostalgia portazo en toda regla.

"Me siento bien. Le marco a Amistad unos paso de baile, le canto una ranchera, un poco de teatro y así riendo muy contenta, cierro la puerta para siempre despues de tantos, tantos años..." ¡Enhorabuena!




Luna -

Muchas gracias a los dos. No me siento triste, la vida va pasando y allí me di cuenta que por mí habían pasado 20 años, ya sé que no se nota por lo monísima que estoy.

Buen comienzo de semana

salduba -

Cuantos recuerdos, y que bonito lo cuentas, espero que no estes triste, ¡animo! ahora tienes mucha experiencia
Y eres muy positiva.
Un beso

El barquero -

La vida está llena de traslados, a veces buenos -para mejorar- a veces no tanto. El tuyo es bueno, en poco tiempo recordarás con regocijo y sin tristeza.