Historia de un nombre...
...Vagaba silenciosa por la casa y se escondía cuando alguien comentaba el parecido con su tía, la hermana de su padre.
Sus manos pequeñitas, su pelo de colores, llorona y enfadica, ¡ay! si ella viviera, como le gustaría saber que tiene una sobrina con su precioso nombre y tanto parecido; pobrecilla, morir con dieciocho años en la flor de la vida, - lamentaban a coro sin mirar la cara de asustada de una pre-adolescente - La pre, escondidita, cuenta despacio y con los dedos, los años que le falta para llegar a la flor de la vida...estaba convencida que el día que cumpliera los dieciocho años sería el último, pensando que si se parecían tanto y con el mismo nombre...
No le gustaba hacer planes para una larga vida que nunca viviría, también corria innecesarios riesgos, sabiendo que su vida no acabaría ni antes ni despues de ese fatídico día... y ese día llegó, besó con cariño a todos sus hermanos, a su abuela, a sus padres, se puso sus mejores galas, nadie entendía nada...
Y aquí sigo, mucho años despues y puede parecer una gran tontería, pensar que un nombre o un parecido marca y hace desgraciado.
Al cabo de los años, la historia desgraciada, volvía a repetirse...
Estando embarazada de seis meses, murío en un desgraciado accidente, el hermano de mi pareji, quedé arrinconada por un tiempo y en un momento dado su familia pensó que lo correcto, si era niño, es que llevara el nombre de su tío.
Jamás consentiría que mi hijo sufriera tal angustia y para ello, estaba dispuesta a pelearme contra todos los dioses del Olimpo. Mi pareji, sabiendo que nunca accedería, le dijo a la familia: debe ser una niña o ese es mi deseo, en todo caso, si es un niño y si mi mujer quiere, llevará el nombre de su padre, nunca el de su tío, no quiero ninguna discusión sobre el asunto...
5 comentarios
Luna -
Saludos
Coblenza -
te he agregado al yahoo.
Míralo.
Un beso.
Luna -
Un día te diré como te "veo"
Barquero, debería haber hablado con mis padres, no lo hice para no preocuparles, lo que no he querido decir es lo que rieron mis hermanos, me daba corte, durante más de una semana, me daban los buenos días diciendo ¿como se encuentra hoy la muerta?
Saludos a los dos
El barquero -
Me niego.
Y cuando alguien le dice a mi hijo...
-Eres igual que tu padre-
Le guiño el ojo y, luego, hacemos unas risas a su costa.
DR -
Ahora sólo me quedan algunos restos. Aparecen cuando conduzco.
Un abrazo.