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Luna de agosto

Trenzaré la tristeza...

Trenzaré la tristeza...

Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiera triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos pues los haría llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios pues los obligaría a decir cosas que no eran ciertas, que no se meta entre tus manos- me decía- porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa; y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo.

Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza. Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es fuerte como las raíces del ahuehuete y suave como la espuma del atole.

Que no te agarre desprevenida la melancolía mi niña, aun si tienes el corazón roto o los huesos fríos por alguna ausencia. No la dejes meterse en ti con tu cabello suelto, porque fluirá en cascada por los canales que la luna ha trazado entre tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza… Y mañana que despiertes con el canto del gorrión la encontrarás pálida y desvanecida entre el telar de tu cabello.

Paola Klug

 


Un buen día...

 

 

 

 

 

Hoy es un buen día para recomenzar....

Luna en Abril...

Luna en Abril...

 

 

 

 

Por más que tú prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...

Y una tarde cualquiera, sentirás que me he ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín,
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.

Un buen día...

Un buen día...

 

 

 

 

Me levanto. Me ducho.

Me tomo la fruta y el café con leche sin nada de azúcar.

La música suena y canto con ella. Me visto, me pinto, me calzo y salgo a la calle.

 Me meto en el coche, me pongo los guantes y enciendo la radio; la apago, están las noticias, no quiero noticias, me pongo a Sting y sigo cantando.

Hoy es buen día...

Calma...

 

 

 

 La flor de la ternura por escrito
sonando nota a nota en la canción
más hermosa de este  mundo

Suspiro...

Suspiro...

 

 

 
Sombra, si tú lo sabes dime;
deja el hondo fluir
libre sobre su margen invisible,
acuérdate del hombre que suspira
antes de que la luz vele su muerte,
vuelto él también latir de aire,
suspiro entre tus manos poderosas

Luis Cernuda

Susurro...

Susurro...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.

Cálido -6

Cálido -6

 

 

 

 

 

 

 

 Como me gusta, estoy en campo abierto

la brisa se entretiene enredando palabras

 

 

 

Cálido - 5

Cálido - 5

 Arriba canta el pájaro y abajo canta el agua.

(Arriba y abajo, se me abre el alma.)

 

 

Cálido - 4...

Cálido - 4...

 Un clima de oro maduraba apenas

las diurnas longitudes de su cuerpo

llenándolo de frutas extendidas

y oculto fuego.

Cálido - 3

Cálido - 3

 

 

 

Canto y cuento es la poesía

se canta una viva historia

contando su melodía

Cálido -1

Cálido -1

 

 

 

 

 

Estoy mirando, oyendo,
con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma
en la tierra,
y con las dos mitades del alma miro al mundo.

Evocación...

Evocación...

 

 

 

 

 ¿Se puede olvidar  en tan poquitos días?

  No quiero. No debo.

Aún quedan mariposas danzando por mi cuerpo

 

 

Otoño...

Otoño...

 

 Esparce noviembre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.

Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!

¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!

En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.

Breve...

Breve...

 

 

  Hasta el final
hay que ganar tiempo a los sueños.
Hay que ir mucho más allá de las palabras.
Ser tal como somos y
si la vida diaria ha hecho de las suyas
y ha cambiado las cosas y también a nosotros. 

 

Aromas...

Aromas...

 

 

aromas

de lavandas

llegan a mis amaneceres.

Lugar...

Lugar...

 

 

 

donde inventar, reunir, recrear lugares

donde los sueños corren jubilosos

ardientes en sus llamas sorprendidos

de soñar,

soñar y sonreirnos...

Lilas...

Lilas...

 

 

 

Decía Séneca sobre la felicidad...

Busquemos algo bueno, no en apariencia, sino sólido y duradero, y más hermoso por sus partes escondidas. Descubrámoslo. No está lejos: se encontrará; sólo hace falta saber hacia dónde extender la mano; mas pasamos, como en tinieblas, al lado de las cosas, tropezando con las mismas que deseamos.

 

 

Recuerdo...

Recuerdo...

 

 

A veces alza en mí su Luna roja
o me reclina sobre extrañas flores.
Dicen que ha muerto, que de sus verdores
el árbol de mi vida se despoja.

Sé que no ha muerto, porque vivo. Tomo,
en el oculto reino en que se esconde,
la espiga de su mano verdadera.

Como tú...

Como tú...

 

 

 

 

 

Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...